martes, 17 de marzo de 2020

Carpeta de 4to C

Escuela Gabriela Mistral -2020-
Docente: Romina García Lucero
Grado : 4° “C”
Familias: La participación de ustedes es muy importante en estas actividades que propongo.
¿Cómo ayudarlos con el trabajo en casa?
Organizar alguna rutina: un horario y lugar donde hacer la tarea.
Estar cerca y atentos por si necesitan ayuda.
Acompañarlos en la búsqueda de información.
Alentarlos a leer textos nuevos, a investigar, a preguntar y también a dudar.
El esfuerzo vale la pena. Cuando la tarea es un momento compartido y valorado, los niños la hacen con ganas y se sientes más seguros.

Continuamos trabajando con la confección de la galería de animales del cuento : ”El vuelo del sapo” de Gustavo Roldán.
Recordemos cuáles son los animales que aparecen en esta historia ( leelos de la lista que confeccionamos en clase).
Elegí uno de ellos para investigar, tene en cuenta los tipos de textos y fuentes de información dónde podremos ampliar la misma.
Confeccioná una lista de datos que querés conocer sobre ese animal.
Realizá borradores con los datos que encontrás.
Luego producí el texto que acompañará al dibujo .
Momentos de escritura :
Escribí con lápiz.
Cuidá la organización del texto ( mayúsculas, sangrías, puntuación, evitá repetir palabras.
Seguimos trabajando.
Leé en voz alta el siguiente cuento:

“El hijo del elefante” Rudyard Kipling


Registrá en tu carpeta de qué creés que tratará esta historia?
Actividades posteriores a la lectura:
¿Qué le cuenta el narrador a su hijo?
¿La historia de un elefantito
insaciablemente curioso, la historia de un elefantito que quería saber qué comían
los cocodrilos, la historia de cómo se alargó la trompa del elefante…?
¿A quiénes considera el narrador parientes del elefantito?, ¿por qué
llamará “tía” a la jirafa?, ¿tal vez porque son paisanos, es decir, porque viven en el mismo lugar?
¿Conocés a todos los animales que el narrador considera parientes del elefantito?

¿Podrías buscar,alguna información sobre el avestruz, la jirafa, el rinoceronte?


¿Aparecen también los verdaderos parientes del elefantito?

Los animales que lo ayudan:

¿Encuentra el elefantito animales que le brindan su apoyo?
¿Qué animales son, de qué manera lo ayudan?
¿Conocen a los animales que ayudan al protagonista?
¿Qué dice el narrador sobre el animal que se quiere comer al elefantito?,
¿qué características suyas aparecen en el cuento?

¿Qué dice el narrador sobre el animal que se quiere comer al elefantito?
¿Qué características suyas aparecen en el cuento?
¿De qué manera le resultan útiles al elefantito las cáscaras de melón que
fue dejando sobre el camino en su viaje de ida?
¿Recordás en qué otros cuentos los personajes apelan a un recurso similar para encontrar
el camino de regreso? Mencionalos.
Releé el cuento y registrá cuáles son los cambios físicos del protagonista.
Por ejemplo: ¿Qué sucedió con su trompa? ¿Con sus buenos modales y con su curiosidad?
Recomendá el cuento
Comenzá por una presentación de la obra que van a recomendar: título, autor, ilustrador y editorial. Luego, necesitarás presentar algún dato del autor y algún aspecto de la historia para que otros niños se interesen en leerla (sin relevar el nudo de la cuestión, ni su desenlace)
Finalmente deberás incluir alguna valoración personal.


finalmente, será necesario incluir alguna
valoración personal que demuestre cómo, quien recomienda, valora este

cuento e invita a leerlo.


Luego de escribir en la carpeta correspondiente la fecha de la clase junto al título de la misma, agregá un pequeño texto que describa un relato de lo vivido en el transcurso del día. Como por ejemplo: “…..estoy trabajando  en mi carpeta durante la cuarentena por el coronavirus, me acompaña…..estuvimos hablando en casa……” también en el texto podés agregar tus sensaciones, emociones o pensamientos que te acompañen en el momento de ponerte a trabajar.

EL DÍA QUE LAS ABUELAS PERDIERON LA MEMORIA- Oscar salas
Antes de la lectura :
¿En casa te cuentan cuentos? ¿Quiénes te cuentan? ¿Qué libros te cuentan?
Armá un listado con esos cuentos.
EL DÍA QUE LAS ABUELAS PERDIERON LA MEMORIA- Oscar salas
Hace mucho, mucho tiempo, el duende Brincatablón, que era tan pícaro y ladrón, les robó la memoria a todas las abuelas y corrió a esconderse en la cueva del bosque donde vivía.
Una vez allí, tomó la almohada de su cama y le sacó el relleno de lana. Volvió a llenarla con su precioso botín y la cosió.
Desde entonces, cuando se iba a dormir, escuchaba una historia diferente cada noche, proveniente de las memorias de las miles de abuelas.
Así, el pícaro duende pensaba tener cuentos para oír durante toda su vida.
¡Qué sorpresa se llevaron los chicos al día siguiente, cuando les pidieron a sus abuelas que les contaran un cuento!
¡Qué raro…no me acuerdo de ninguno! –decían las viejitas.
– ¡Vamos, abue, aunque sea el mismo de anoche!
–¡Tampoco lo recuerdo! –respondían ellas, sin comprender cómo, de un día para el otro, habían olvidado todos sus relatos.
De nada sirvieron los jarabes que les recetaron los doctores ni los yuyos mágicos de las curanderas. Las abuelas no lograban recordar ni un solo cuento. Se acordaban de alguna que otra receta de cocina, de algún remedio casero para curar o de cómo bordar un mantel.
Pero ninguna de estas cosas les interesaba a los chicos.
Mientras tanto, el duende Brincatablón se la pasaba en el fondo de su cueva oyendo cuentos.
Había descubierto que, según en qué parte de la almohada pegaba la oreja, escuchaba un relato distinto.
En el centro estaban las historias de piratas que hablaban de tesoros escondidos, playas lejanas y rudos marineros.
Un poquito más arriba sonaban cuentos de hadas, con bosques encantados, dragones que echaban fuego y princesas prisioneras.
En la punta, donde se le formaba una orejita a la almohada, al duende se le hacía agua la boca oyendo fábulas de ciudades de caramelo, con torres de chocolate, lagos de almíbar y árboles de turrón.
Pero sobre la costura, el duende Brincatablón se cuidaba muy bien de no volver a poner la cabeza. Ahí, entre las puntas del hilván, había quedado cosida la memoria de una abuela que coleccionaba cuentos de terror.
Terribles fantasmas arrastraban cadenas por castillos embrujados en las noches de tormenta y… ¡Brrr! ¡Cosas que daban mucho miedo y provocaban pesadillas!
Desde que tenía su “almohada de cuentos”, como él decía, no hacía otra cosa que estar el día entero en la cama, empachándose con cuentos, caramelos y durmiendo.
Había engordado tanto, que casi no podía pararse para pasar el plumero o barrer.
En poco tiempo, la cueva se le llenó de polvo y telarañas. Y, lo que fue peor, de polillas.
Las polillas le comieron la ropa, el mantel, el colchón… Y una noche, mientras dormía, el forro de la almohada.
Fue entonces…
…cuando las memorias escaparon y volaron a reunirse con sus respectivas abuelas.
Cuando el duende despertó, y vio lo ocurrido, se enojó tanto con las polillas que estuvo toda la mañana persiguiéndolas y amenazándolas con ponerlas a contar cuentos por el resto de sus vidas.
Las abuelas recuperaron su memoria. Pero como se enteraron de que había sido el duende Brincatablón quien se las había robado, decidieron escribir sus historias en papel, por si alguna vez el pícaro ladrón volvía a hacer de las suyas.
Y así fue como nacieron los libros de cuentos.

FIN                                                                                

© Oscar Salas.

© Los libros del Imaginador. 
OSCAR SALAS
Nació en 1957 en Alta Gracia, Córdoba. Como dibujante humorístico publicó trabajos en revistas porteñas como Rico Tipo, Caras y Caretas, Humo(r); en las cordobesas Hortensia, El Cuisi; y en la uruguaya Guambia. Trabaja como libretista, escribe e ilustra cuentos para diversas editoriales especializadas en textos escolares y en literatura infantil. Entre sus libros figuran: El cuco ya fue, Pueblo Barrilete, El Desenredador de estrellas y otras historias, Cuatro brujas y un garbanzo, El increíble barco del capitán Cuerdafloja.
En tu carpeta 
Respondé 
¿Qué es para vos la MEMORIA? Escribí en tu carpeta lo que pienses.
Hacé una encuesta en tu casa con esta pregunta y registrá lo que dice cada uno. 

¿Por qué las abuelas perdieron la memoria?¿Qué hicieron las abuelas para que no volviera a ocurrir este hecho? ¿Es importante que las personas tengan memoria? ¿Por qué?¿Qué tipo de cuentos había en esa almohada?
¿Cómo recordaron la memoria las abuelas?
¿Qué decidieron hacer las abuelas para que no les sucediera lo mismo?
Imaginá otra forma en que las abuelas recuperan la memoria. Tené en cuenta: sangría, mayúsculas  y puntuación.
¿Qué te gustaría escribir para no olvidar? Te animo a que escribas esa historia ,luego la compartiremos en clase.
En familia leé esta frase de Graciela Montes y escriban una reflexión.

Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. 
Otras creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder 
precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, 
porque no las echamos fuera de la memoria¨. Graciela Montes




Luego de escribir en la carpeta correspondiente la fecha de la clase junto al título de la misma, agregá un pequeño texto que describa un relato de lo vivido en el transcurso del día. Como por ejemplo: “…..estoy trabajando  en mi carpeta durante la cuarentena por el coronavirus, me acompaña…..estuvimos hablando en casa……” también en el texto podés agregar tus sensaciones, emociones o pensamientos que te acompañen en el momento de ponerte a trabajar.

EL DÍA QUE LAS ABUELAS PERDIERON LA MEMORIA- Oscar salas
Antes de la lectura :
¿En casa te cuentan cuentos? ¿Quiénes te cuentan? ¿Qué libros te cuentan?
Armá un listado con esos cuentos.
EL DÍA QUE LAS ABUELAS PERDIERON LA MEMORIA- Oscar salas
Hace mucho, mucho tiempo, el duende Brincatablón, que era tan pícaro y ladrón, les robó la memoria a todas las abuelas y corrió a esconderse en la cueva del bosque donde vivía.
Una vez allí, tomó la almohada de su cama y le sacó el relleno de lana. Volvió a llenarla con su precioso botín y la cosió.
Desde entonces, cuando se iba a dormir, escuchaba una historia diferente cada noche, proveniente de las memorias de las miles de abuelas.
Así, el pícaro duende pensaba tener cuentos para oír durante toda su vida.
¡Qué sorpresa se llevaron los chicos al día siguiente, cuando les pidieron a sus abuelas que les contaran un cuento!
¡Qué raro…no me acuerdo de ninguno! –decían las viejitas.
– ¡Vamos, abue, aunque sea el mismo de anoche!
–¡Tampoco lo recuerdo! –respondían ellas, sin comprender cómo, de un día para el otro, habían olvidado todos sus relatos.
De nada sirvieron los jarabes que les recetaron los doctores ni los yuyos mágicos de las curanderas. Las abuelas no lograban recordar ni un solo cuento. Se acordaban de alguna que otra receta de cocina, de algún remedio casero para curar o de cómo bordar un mantel.
Pero ninguna de estas cosas les interesaba a los chicos.
Mientras tanto, el duende Brincatablón se la pasaba en el fondo de su cueva oyendo cuentos.
Había descubierto que, según en qué parte de la almohada pegaba la oreja, escuchaba un relato distinto.
En el centro estaban las historias de piratas que hablaban de tesoros escondidos, playas lejanas y rudos marineros.
Un poquito más arriba sonaban cuentos de hadas, con bosques encantados, dragones que echaban fuego y princesas prisioneras.
En la punta, donde se le formaba una orejita a la almohada, al duende se le hacía agua la boca oyendo fábulas de ciudades de caramelo, con torres de chocolate, lagos de almíbar y árboles de turrón.
Pero sobre la costura, el duende Brincatablón se cuidaba muy bien de no volver a poner la cabeza. Ahí, entre las puntas del hilván, había quedado cosida la memoria de una abuela que coleccionaba cuentos de terror.
Terribles fantasmas arrastraban cadenas por castillos embrujados en las noches de tormenta y… ¡Brrr! ¡Cosas que daban mucho miedo y provocaban pesadillas!
Desde que tenía su “almohada de cuentos”, como él decía, no hacía otra cosa que estar el día entero en la cama, empachándose con cuentos, caramelos y durmiendo.
Había engordado tanto, que casi no podía pararse para pasar el plumero o barrer.
En poco tiempo, la cueva se le llenó de polvo y telarañas. Y, lo que fue peor, de polillas.
Las polillas le comieron la ropa, el mantel, el colchón… Y una noche, mientras dormía, el forro de la almohada.
Fue entonces…
…cuando las memorias escaparon y volaron a reunirse con sus respectivas abuelas.
Cuando el duende despertó, y vio lo ocurrido, se enojó tanto con las polillas que estuvo toda la mañana persiguiéndolas y amenazándolas con ponerlas a contar cuentos por el resto de sus vidas.
Las abuelas recuperaron su memoria. Pero como se enteraron de que había sido el duende Brincatablón quien se las había robado, decidieron escribir sus historias en papel, por si alguna vez el pícaro ladrón volvía a hacer de las suyas.
Y así fue como nacieron los libros de cuentos.

FIN                                                                                
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© Oscar Salas.
© Los libros del Imaginador. 
OSCAR SALAS
Nació en 1957 en Alta Gracia, Córdoba. Como dibujante humorístico publicó trabajos en revistas porteñas como Rico Tipo, Caras y Caretas, Humo(r); en las cordobesas Hortensia, El Cuisi; y en la uruguaya Guambia. Trabaja como libretista, escribe e ilustra cuentos para diversas editoriales especializadas en textos escolares y en literatura infantil. Entre sus libros figuran: El cuco ya fue, Pueblo Barrilete, El Desenredador de estrellas y otras historias, Cuatro brujas y un garbanzo, El increíble barco del capitán Cuerdafloja.
En tu carpeta 
Respondé 
¿Qué es para vos la MEMORIA? Escribí en tu carpeta lo que pienses.
Hacé una encuesta en tu casa con esta pregunta y registrá lo que dice cada uno. 

¿Por qué las abuelas perdieron la memoria?¿Qué hicieron las abuelas para que no volviera a ocurrir este hecho? ¿Es importante que las personas tengan memoria? ¿Por qué?¿Qué tipo de cuentos había en esa almohada?
¿Cómo recordaron la memoria las abuelas?
¿Qué decidieron hacer las abuelas para que no les sucediera lo mismo?
Imaginá otra forma en que las abuelas recuperan la memoria. Tené en cuenta: sangría, mayúsculas  y puntuación.
¿Qué te gustaría escribir para no olvidar? Te animo a que escribas esa historia ,luego la compartiremos en clase.

En familia leé esta frase de Graciela Montes y escriban una reflexión.

Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. 
Otras creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder 
precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, 
porque no las echamos fuera de la memoria¨. Graciela Montes




2 comentarios:

  1. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

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  2. Señorita ROmina soy mamá de Brenda Medina 4 a ....Cual es la tarea que tiene que hacer acá dice 4 c ...será la misma tarea para los dos 4 ...

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